ESTILOS EDUCATIVOS DE PARENTALIDAD
18:05:00Los estilos parentales son un modelo o propuesta que nos hizo el amigo Baumrind en el año 1966 (proponiendo 3 estilos parentales) y que luego fue complementado y reformulado por los amigos Maccoby & Martin en el año 1983 (quienes le agregaron uno más, siendo en total 4 estilos parentales). y es un tema que sigue vigente en la actualidad y que es usado para distintas investigaciones, incluso sobre el rendimiento escolar. La verdad es un tema muy interesante. ¿Que son los Estilos educativos parentales: “Hablamos de estilos educativos a la forma de actuar, derivada de unos criterios, y que identifica las respuestas que los adultos dan a los menores ante cualquier situación cotidiana, toma de decisiones o actuaciones” (Comellas 2003, como se citó en Campano y Ubach, 2013). Se habla de estilo por su permanencia y estabilidad a lo largo del tiempo, aunque pueden existir modificaciones (Climent, 2009, como se citó en Campano y Ubach, 2013). Baumrind (1966) propone tres tipos de estilos educativos parentales en función del grado de control que los padres ejercen sobre sus hijos: el estilo autoritario, el permisivo y el democrático. Los padres que se manejan desde un estilo autoritario le dan una importancia mayor a la obediencia de los hijos, limitan, circunscriben la autonomía. Los padres que funcionan desde el estilo permisivo se encuentran en el extremo opuesto al estilo descrito anteriormente, no ejercen prácticamente ningún control y permiten el mayor grado de autonomía (es decir, los dejan hacer lo que les da la gana). Los que ejercen el estilo democrático son padres que se encuentran a mitad de camino entre los estilos mencionados anteriormente, intentan controlar el comportamiento de sus hijos, funcionando desde la razón y el razonar con ellos y no desde la imposición o la fuerza. Por su parte, Maccoby & Martin (1983) proponen cuatro estilos parentales a partir de dos dimensiones: afecto/comunicación y control/ establecimiento de límites. El apoyo/afecto refiere al amor, a la aprobación, a la aceptación y a la ayuda que se les brinda a los hijos. De esta manera los hijos se sienten amados, aceptados, entendidos y con lugar para ser tenidos en cuenta. La dimensión control parental hace referencia al disciplinamiento que intentan conseguir los padres, de esta manera los padres controlan y/o supervisan el comportamiento de sus hijos y además velan por el cumplimiento de las normas establecidas por ellos mismos. A partir de éstas dimensiones se desarrollan cuatro estilos parentales, el autoritario, el permisivo, el democrático y el negligente. AUTORITARIOS: (Mayor exigencia y menor afecto). Padres: Estrategias educativas reprobativas y poco afectivas. Manejan importantes niveles de control restrictivo. Bajos niveles de comunicación y afecto. Valoran la obediencia como una virtud, mantienen a sus hijos subordinados y restringen su autonomía. Hijos: Problemas a nivel emocional. Reciben escaso apoyo. Es un estilo que consolidan en los chicos una baja autoestima y una confianza en sí mismos deteriorada. Pueden llegar a tener problemas con el alcohol en su adolescencia. Es un estilo que provoca una mayor inadaptación personal y social. Los chicos funcionan con un fuerte control externo. Los chicos se muestran tímidos, mínima expresión de afecto con sus pares, pobre interiorización de valores, son irritables, vulnerables a las tensiones y poco alegres. Estas características pueden llevarlos a que tengan tendencias a sentirse culpables y a padecer mayores niveles de depresión. Es frecuente que cuando el control es muy severo estos chicos y chicas terminen rebelándose ante sus padres, especialmente al principio de la adolescencia, momento en el que suelen buscar una mayor libertad y autonomía. PERMISIVOS: (Proporcionan afecto pero no control o límites) Padres: Los padres promueven una importante autonomía en sus hijos (los dejan hacer lo que quieran). Los liberan del control. Evitan el uso de las restricciones y el castigo Hijos: En su adolescencia demuestran ser poco obedientes. Tienen dificultad en la interiorización de valores. Viven situaciones de agresividad en la familia. Tienen baja autoestima, padecen de falta de confianza. Tienen bajos niveles de control de sus impulsos. Manifiestan dificultades a nivel conductual, como el consumo de sustancias y alcohol. DEMOCRÁTICOS: (mantienen un equilibrio, dan afecto y establecen límites) Este estilo implica la combinación de tres elementos: el afecto y la comunicación familiar; el fomento de la autonomía por parte de los progenitores y el establecimiento de límites y la supervisión de la conducta de sus hijos (Oliva et al., 2007). Padres: Son padres que estimulan la expresión de las necesidades de sus hijos. Promueven la responsabilidad. Otorgan autonomía. Los padres con estilo democrático transmiten afecto, brindan apoyo, promueven la comunicación. Establecen reglas a nivel familiar, procuran su cumplimiento utilizando el razonamiento inductivo como forma de disciplinamiento. Logran autonomía y cooperación en sus hijos, contando estos con una mayor probabilidad de ser sociables Hijos: Hijos con un mejor ajuste emocional y comportamental. El estilo democrático tiene un impacto muy positivo en el desarrollo psicológico de los niños, manifiestan un estado emocional estable y alegre, una elevada autoestima y autocontrol. En la adolescencia estos niños tienden a mostrarse con una elevada autoestima y desarrollo moral y social, además de un mejor rendimiento académico. Menor conflictiva con sus padres. Mayor bienestar psicológico. Tienen un mayor interés por la educación. Cuentan con un nivel de satisfacción más alto. Mayor confianza para el afrontamiento de nuevas situaciones. Mayor grado de independencia. NEGLIGENTES: (no dan afecto ni establecen límites) Padres: Es un estilo caracterizado por la indiferencia, la permisividad, la pasividad, la irritabilidad y la ambigüedad, no hay normas ni afecto. Es un estilo que utiliza el castigo físico hacia los hijos como medida disciplinaria, predomina la falta de coherencia, mínimo control e implicación emocional Hijos: Presentan un sin número de problemas académicos, emocionales y conductuales. La falta de afecto, de supervisión y guía, de estos niños y adolescentes conlleva efectos muy negativos en el desarrollo de los mismos: sienten inseguridad e inestabilidad, son dependientes de los adultos, tienen dificultad de relación con sus pares, tienen baja tolerancia a la frustración. Son niños y adolescentes que pueden presentar conductas delictivas o abusivas. De todos los estilos anteriormente mencionados, el estilo democrático es el que se estima como más adecuado y funcional, conlleva a las consecuencias más positivas y saludables a la hora de educar a los niños y niñas, permite tener un adecuado control y a la vez afectividad dentro de la familia, permitiendo que todo sea por medio del respeto y no del miedo. Se dice que la idea de democracia ha confundido a muchos padres e hijos en relación al lugar que deben asumir y la forma en que deben relacionarse. Hay que tener claro que cuando se habla de estilo parental democrático en ningún momento se hace referencia al abandono de las exigencias y control, (Palacios, 1999) ni a la falta de la sanción cuando el no cumplimiento de las normas lo requiera. Campano y Ubach, los autores del documento en el cual me he basado para hablarles de este tema, proponen usar el término parentalidad positiva: Este estilo de parentalidad es un valioso recurso para la socialización, propone un protagonismo de padres, madres e hijos/as a la hora de la construcción de normas y valores familiares, apoyándose para eso en la negociación y adaptación conjunta. En este modelo se habla de contribución progresiva de los hijos al proceso de socialización, valiéndose del razonamiento y la reflexión para la construcción conjunta. Se menciona además la necesidad de ejercer responsablemente la autoridad por parte de los padres, preservando los derechos de los niños/ as. En general ser padres es algo para lo que no se educa a las personas, se va aprendiendo en la marcha, en la medida que se enfrentan los problemas, que se tiene que improvisar una salida ante una dificultad. Es en ese marco que tiene sentido la formación de padres, se puede mejorar el desempeño de los adultos en su quehacer cotidiano, permitiendo el mejor desarrollo físico, psicológico y social de niños y adolescentes Fuente: Capano, Álvaro; Ubach, Andrea ESTILOS PARENTALES, PARENTALIDAD POSITIVA Y FORMACIÓN DE PADRES Ciencias Psicológicas, vol. VII, núm. 1, mayo, 2013, pp. 83-95 Universidad Católica del Uruguay Dámaso Antonio Larrañaga Montevideo, Uruguay Tomado de: https://www.redalyc.org/pdf/4595/459545414007.pdfEstilos educativos de parentalidad


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